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«Hiroshima conmemora 80 años del horror de la bomba atómica

«Hiroshima conmemora 80 años del horror de la bomba atómica: Un grito global por la abolición de las armas nucleares»


Hiroshima conmemora 80 años del horror de la bomba atómica: Un grito global por la abolición de las armas nucleares

Con récord de participación internacional, la ciudad japonesa reúne a 120 países en una ceremonia cargada de simbolismo, en medio de conflictos actuales que avivan el temor nuclear.

Hiroshima, Japón | 6 de agosto de 2025 — En un acto de profunda conmoción histórica y urgente llamado a la paz, Hiroshima conmemoró este miércoles el 80º aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica en la historia, con una ceremonia multilateral que congregó a representantes de 120 países y regiones, marcando un nuevo récord de participación internacional.

La conmemoración, que tuvo lugar en el Parque de la Paz de Hiroshima, se desarrolló bajo el lema “No repetir la tragedia”, en un contexto global marcado por tensiones militares, conflictos en Ucrania, Oriente Medio y el resurgimiento de discursos que normalizan el uso de armas de destrucción masiva.

El alcalde de la ciudad, Kazumi Matsui, lanzó un contundente mensaje durante su discurso:
«La paz no es un ideal lejano, es una necesidad urgente. La existencia de líderes que buscan resolver conflictos mediante el fortalecimiento de sus arsenales nucleares pone en riesgo la supervivencia misma de la humanidad», afirmó, en alusión directa a los conflictos actuales y a declaraciones recientes de figuras políticas que han comparado ataques convencionales con el horror atómico.

Matsui también hizo un llamado personal al expresidente estadounidense Donald Trump, tras sus polémicas declaraciones equiparando bombardeos aéreos con ataques nucleares:
«Es fundamental que quienes tienen influencia global comprendan que una bomba atómica no distingue entre amigos y enemigos. Mata inocentes, destruye ciudades y deja cicatrices que duran generaciones», subrayó.

Una participación histórica con matices diplomáticos

Este año, la ceremonia rompió récords no solo en número, sino también en simbolismo político. Por primera vez, participaron representantes de Palestina y Taiwán, pese a que Japón no reconoce oficialmente a ambos territorios. Asimismo, asistieron delegaciones de potencias nucleares como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India e Israel, lo que convierte al evento en una rara plataforma de encuentro multilateral en tiempos de fragmentación global.

Destaca también la presencia de Bielorrusia, que regresa tras cuatro años de exclusión impuesta por Hiroshima tras su apoyo a la invasión rusa de Ucrania. A pesar de ello, Rusia vuelve a ausentarse por segundo año consecutivo.

Por otro lado, China, Corea del Norte y Pakistán anunciaron su ausencia, sin ofrecer explicaciones oficiales.

Un cambio significativo en la organización: por primera vez, Hiroshima dejó de enviar invitaciones formales y optó por una notificación abierta a todos los países, tras la controversia de 2023 por la participación de Israel durante el conflicto en Gaza. Esta decisión busca mantener la neutralidad y el enfoque humanitario del evento.

EE.UU. presente, pero con matices

El embajador estadounidense en Japón, George Glass, asistió a la ceremonia, en un gesto diplomático de peso. Su presencia contrasta con la ausencia del exembajador Rahm Emanuel en Nagasaki el año pasado, cuando la ciudad decidió no invitar a Israel.

La participación de EE.UU., único país que ha utilizado armas nucleares en combate, sigue siendo un punto sensible, pero también una señal de diálogo. El Gobierno japonés ha insistido en que el objetivo no es señalar culpables, sino construir un futuro sin armas atómicas.

Nagasaki también espera récord

Este sábado, Nagasaki —bombardeada tres días después de Hiroshima, el 9 de agosto de 1945— realizará su propia ceremonia conmemorativa, esperando la asistencia de alrededor de 100 países y regiones, también un número récord para la ciudad.

El legado que no se olvida

Según estimaciones oficiales, más de 210.000 personas murieron en Hiroshima y Nagasaki como consecuencia directa de los bombardeos, y decenas de miles más sufrieron lesiones, enfermedades y traumas generacionales. Las consecuencias ambientales y genéticas aún se sienten hoy.

A 80 años del horror, Hiroshima no solo recuerda el pasado, sino que se posiciona como voz moral del mundo frente al peligro nuclear.
«No queremos ser recordados como la primera ciudad bombardeada atómicamente. Queremos ser recordados como la última», concluyó Matsui.

Con el mundo nuevamente al borde de tensiones nucleares, el mensaje de Hiroshima resuena más fuerte que nunca:
La paz no se construye con armas, se construye con memoria.


Fuente: Agencia de Noticias Internacional / Corresponsalía en Tokio

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