“Corcholatas”: ganancia a río revuelto
LECTURA POLÍTICA por: Noé Mondragón Norato
Dentro de todo el proceso que está dando forma a la sucesión presidencial del 2024 y la batahola generada por la inédita movilidad de las “corcholatas” alentadas por AMLO, confluyen al menos cinco factores de alta rentabilidad política: el espionaje, la paciencia, la oportunidad, el engaño y el disimulo. Todos ellos operados tanto desde el interior del Morena, como externamente por sus opositores partidistas. Se lee así.
CAUTELAS Y ASTUCIAS. – Si se mira bien, la gira de las “corcholatas” presidenciales por todo el país forma parte de un hecho político nunca visto. Porque confluyen muchos intereses de poder camuflados tras esas actuaciones. Es cuestión de rastrearlos:
Todo en silencio
1.- Con marcado disimulo, el Instituto Nacional Electoral (INE) entra en el juego de las simulaciones. Porque extraña y sospechosamente, ningún partido político opositor le pide frenar la gira de las “corcholatas” presidenciales. Tampoco formalizan esa “inconformidad” inexistente con una denuncia por actos anticipados de campaña. Ni PRI, PAN, PRD o MC, le tiran de pedradas a ese avispero. Porque subyace de fondo, la oportunidad de la que esperan obtener amplios beneficios políticos. Es decir, como los tres primeros no cuentan con un aspirante con perfil auténticamente ganador para dicha elección, esperan con paciencia que algo importante ocurra en el Morena. Sobre todo, la eventual renuncia de Marcelo Ebrard a este último partido cuando las encuestas lo descarten como el ganador. Oportunidad y paciencia están definiendo la actuación de estos cuatro partidos políticos opositores en esta adelantada y atípica sucesión presidencial.
Espia Político
2.- Un personaje aparece como espía político dentro de la trama interna morenista: el exgobernador de Chiapas y actual senador Manuel Velasco Coello, quien ha tenido una influencia política decisiva dentro del Partido Verde Ecologista (PVEM). La mayoría de sus cargos públicos importantes—a la diputación local llegó en 2001 por la vía plurinominal y a la federal en 2003 también— desde que fue senador por primera vez en 2006 y gobernador de Chiapas en 2012, los obtuvo en alianza con el PRI. Y sólo hasta 2018 cambió la alianza del PVEM. Por compromisos de poder y percibiendo que el PRI se hundía, se acercó al Morena y la amarró con López Obrador. Como premio, llegó por segunda vez como senador. En la actual coyuntura, Manuel Velasco se sumó a la gira de las “corcholatas” como un aspirante presidencial más. Pero su papel sería en realidad, de comodín político. Porque al acabar el sexenio de AMLO, el compromiso de poder con este último ya quedó pagado. Pero ni Claudia Sheinbaum ni Marcelo Ebrard estarían obligados a operar su rescate. Solamente pagar el favor al PVEM por ir en probable alianza. Pretextando su gira por todo el país en calidad de “corcholata”, el exgobernador chiapaneco podría venderse muy bien ante la alianza PRI-PAN-PRD —si Marcelo permanece en el Morena a pesar de no ser agraciado con la candidatura presidencial— como su eventual candidato. Sumando al PVEM a esa alianza y rompiéndola con el Morena. Sobre todo, porque hay una investigación pendiente de la UIF y el SAT contra el PVEM. La función de espía político de Velasco podría ayudar mucho al PRI-PAN-PRD.
Gira de las Corcholatas
3.- El engaño político parte de varias vertientes. Pero la más visible es la que todo mundo percibe e intuye: la gira de las “corcholatas” por todo el país es para darle fortaleza al proyecto de Claudia Sheinbaum. Es engañoso vender la idea del famoso “piso parejo” cuando los dados ya están cargados hacia ella. El otro engaño se relaciona con los financiamientos de esa costosa gira. Muy ambiguamente, el INE señala al respecto que se debe “llevar un control de los recursos que utilicen tanto el Morena como los aspirantes que participen en la selección”. Pero no señala topes ni cantidades específicas. Todo el escenario de la sucesión presidencial de 2024 está montado sobre rieles ya desvencijados y hasta contaminados. Y todos los participantes van apostando a la oportunidad que les presenta ese río revuelto.
Disputa con marrulleria
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como legislar no está dentro de sus prioridades, tanto el Morena como el PRI-PRD se disputan con marrullería, las posiciones de poder al interior de dicho recinto. La más preciada es la Mesa Directiva. Ahí, la presidenta de la Jucopo, Yoloczin Domínguez maniobró con torpeza y desatino: sacó de la fracción del Morena al cazador ilegal de tiburones y sempiterno aspirante a la alcaldía de Acapulco, Joaquín Badillo y lo mandó al PVEM. Pero ningún documento avala oficialmente esa migración partidista que fue cuestionada y frenada por PRI-PRD. Y ahora la designación de la Mesa Directiva se prorrogó hasta julio. El fracaso marcado por la fallida operación política en el Congreso local.