26.3 C
New York
viernes, septiembre 20, 2024

Corrupción y Extorsión en el Sistema Judicial: Un Testimonio Revelador

Corrupción y Extorsión en el Sistema Judicial: Un Testimonio Revelador

Este testimonio fue en el año 2000

En una conversación informal con un ministerio público, surgió una inquietante reflexión sobre la integridad en el sistema de justicia. Le pregunté al funcionario, de manera directa, si creía que el reciente aumento salarial otorgado a los ministerios públicos en aquella administración estatal del año 2000 contribuiría a una mayor honestidad en su labor. Su respuesta fue desalentadora: «No, amigo. Aquí, desde el policía preventivo estatal hasta el judicial o federal, la lógica que prevalece es la siguiente: si no te ‘arreglas’ conmigo, que es más barato, lo hará el ministerio público. Entonces, mejor nos arreglamos aquí, y si pagas lo que te pedimos, te vas a tu casa tranquilo con tu familia.»

Este testimonio revela una preocupante realidad sobre cómo operaban en aquellos años las fuerzas del orden en los tres niveles de gobierno. Según el ministerio público, si un ciudadano no accede a los arreglos con los policías, ellos simplemente pasan la responsabilidad al siguiente eslabón de la cadena: el ministerio público. «Lo mismo hacemos nosotros», continuó. «Mira, amigo, dame tanto y te vas, porque si no te arreglas conmigo, te va a salir más caro con el juez. Además, podrías terminar en libertad condicional, teniendo que ir a firmar regularmente. Es una cadenita de extorsión que sufre cualquier ciudadano que comete un delito, desde el más pequeño hasta el más grave.»

Corrupción y Extorsión en el Sistema Judicial: Un Testimonio Revelador

Le señalé al ministerio público que, con los aumentos salariales, se esperaba una mejora en la honradez de su trabajo. Su respuesta fue cruda y desalentadora: «Somos como perros, no tenemos llenadera; cada vez queremos ganar más y más. Aquí, el verdadero culpable es el Congreso, porque nos deja las manos libres. Nosotros, como autoridad, tenemos el poder de, con una sola letra que cambiemos en la acusación formulada en tu contra, consignarte o darte libertad. Así de fácil. En conclusión, los responsables de que seamos delincuentes poderosos son los legisladores. Depende de ellos ‘amarrarnos las manos’ reformando las leyes, pero no lo harán, porque muchos funcionarios, diputados y políticos de todos los niveles también llegan aquí. ¿Crees que van a cambiar las leyes? Te lo dejo de tarea.»

Este testimonio evidencio un sistema donde la corrupción y la extorsión estaban profundamente arraigadas, no solo en las fuerzas de seguridad, sino también en las instituciones que deberían velar por la justicia. La complicidad y la falta de voluntad para reformar las leyes perpetúan un ciclo de impunidad y abuso de poder, dejando al ciudadano común en una posición de vulnerabilidad frente a quienes deberían protegerlo. Es muy importante arreglar muy bien la reforma judicial para que los ciudadanos tengan realmente justicia.

ARTICULOS RELACIONADOS

REDES SOCIALES

75,000FansMe gusta
631SeguidoresSeguir
451SeguidoresSeguir
1,795SeguidoresSeguir
13SeguidoresSeguir
11,700SuscriptoresSuscribirte

ARTICULOS RECIENTES