El CI de Norma Otilia
LECTURA POLÍTICA por: Noé Mondragón Norato
Si la edad mental determina el coeficiente intelectual (CI) en los humanos, muchos políticos se han quedado estancados en ese crecimiento. De hecho, lo han frenado. Y por eso sus decisiones disparatadas las perciben como algo “normal”. Como si estuvieran haciendo bien las cosas. Pero, además, en la exaltación de la soberbia, hacen oídos sordos a las críticas que demandan, enderecen un barco que se hunde irremediablemente derivado de una gobernanza atroz y sin rumbo. Hay casos patéticos al respecto. GOBERNANZA DE PUBERTAD. – De acuerdo con estudios y estadísticas del INEGI, el CI promedio en México es de 87 puntos. Pero el normal es de 90 a 109 puntos. Y el alto de 110 a 119 puntos. Sin embargo, un reciente estudio de científicos noruegos arrojó que el CI de la humanidad no sólo se ha estancado en las últimas décadas, sino que ha disminuido en promedio 7 puntos por generación. Atribuyen esta reducción a factores ambientales y cambios en el estilo de vida de las personas. Por eso se entiende lo que está pasando en la capital del estado:
A Norma Otilia Hernández, no le incomoda que le endilguen “Lady Pachangas”
1.- A la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, no le incomoda que le endilguen aquello de “Lady Pachangas”. Es más: le fascina que le digan así. Porque en esa frívola vocación finca su atropellado y atípico estilo de gobernar. Si es que a eso se le puede etiquetar como gobernanza. Y no tanto porque encara de esa forma y enfundada en la soberbia, las críticas de sus detractores, sino porque su coeficiente intelectual (CI) parece haberse quedado en la edad mental de la pubertad. Es decir, menos de los 87 puntos que se reconoce a los mexicanos. Quizá 75. O menos. Sus decisiones fuera de contexto lo confirman. Apenas el pasado sábado 27 de mayo festejó a los estudiantes de la capital. Como si el ayuntamiento no fuera una institución de gobierno, con tareas específicas encaminadas a la resolución de las problemáticas sociales, sino una escuela. En ese carril, la alcaldesa debería gestionar la admisión y el registro del ayuntamiento ante la SEG. Para que todo sea “legal” y las pachangas ofrecidas a los estudiantes por el ayuntamiento se institucionalicen. Desde luego, ella percibe a esa masa amorfa de jóvenes, como votos para su siguiente parada de poder. Porque hasta hoy, su índice de reprobación ciudadana es de más de 70 por ciento. Y no admite que los problemas reales la han rebasado con creces: no hay suministro de agua potable, las calles y avenidas están abandonadas y llenas de tremendos hoyancos y la seguridad pública se mide con el incremento progresivo de la violencia ante la impasibilidad y complicidad de la edil. A ello se añaden sus “amistades peligrosas” y la opacidad en el manejo del presupuesto municipal.
En realidad, la alcaldesa de Chilpancingo gobierna con ocurrencias
2.- En realidad, la alcaldesa morenista de la capital carece de un plan de gobierno y ejecuta sus tareas con base en ocurrencias que “justifican” después, la inversión del millonario presupuesto. Está rodeada de personajes que, como ella, proyectan deficiencias en el desarrollo de su CI. De no ser así, las políticas públicas municipales tendrían otro enfoque. Se sustentarían no en la entrega reiterada de la dádiva a los sectores sociales vulnerables ni en la promoción del “reventón” sistemático ni en la reiteración de un discurso que legitima y aprueba la veleidad, sino en una planificación visionaria, ordenada, inteligente y razonable. Acorde con la realidad y el crecimiento constante del conflicto social y urbano en la capital. Por eso y con todas las pachangas habidas y por haber, la realidad es que no le servirán de mucho a Norma Otilia para justificar sus reiteradas indolencias e irresponsabilidades. Esa compulsiva manía de crear fiestas donde no debería instigarlas ni fomentarlas. La eventual sorpresa en las urnas —si es que logra postularse para la reelección o busca diputación local o federal— le va a refrendar no solamente que gobernó equivocadamente y sin más planificación que su propio instinto, sino la natural pobreza de su coeficiente intelectual. Y si no, al tiempo.
Hojeada de paginas
HOJEADAS DE PÁGINAS…De acuerdo con la versión de Vidulfo Rosales, el abogado de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, el gobierno de AMLO “no avanzará para dar con su paradero”. Era una premonición que ya estaba “cantada” desde el inicio de la actual gestión presidencial. Lo interesante será ver ahora, cuál será el comportamiento de Vidulfo y el grupo de padres de familia que representa, con la eventual candidata presidencial del Morena, Claudia Sheinbaum. Y ahí sólo se abre una disyuntiva: O confiar en ella dándole su voto por anticipado. O de plano, asumirse como opositores desde el inicio de esa campaña. No hay más.