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viernes, mayo 3, 2024

El primer error de Claudia

El primer error de Claudia

LECTURA POLÍTICA por: Noé Mondragón Norato

Remover a Omar García Harfuch de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, para convertirlo eventualmente en candidato del Morena al gobierno capitalino, es el primer error político de Claudia Sheinbaum en su calidad de Coordinadora de la 4T. Y no sólo porque dicho personaje formó parte de los gobiernos presidenciales panista y priista de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto respectivamente, sino porque su formación profesional está enfocada a tareas de seguridad y no políticas. Pero, además, por la amplia controversia que lo rodea. Hay que escudriñar los hechos. POLÉMICA DE GENES. – Desde sus orígenes, la polémica ha marcado la trayectoria de García Harfuch. Se lee así:

El primer error de Claudia

1.- Su abuelo, el general Marcelino García Barragán, fue de los revolucionarios que iniciaron combatiendo al lado de Francisco Villa. Y luego se volteó con Venustiano Carranza. Gracias a los buenos oficios del presidente del país y también general del ejército, Manuel Ávila Camacho, se convirtió en gobernador de su natal Jalisco en 1943. Cuando llegó la sucesión presidencial de 1946, los dados políticos se cargaron a favor de Miguel Alemán Valdés. Pero García Barragán apostó por otro general del ejército: Miguel Henríquez Guzmán. Perdió. En 1950 reapareció apoyando de nuevo a este último personaje como aspirante a la presidencia, pero fuera del PRI.

Sin embargo, ganó la elección de 1952, otro civil: Adolfo Ruiz Cortines. El aparato de espionaje oficial —sobre todo la desaparecida y siniestra Dirección Federal de Seguridad (DFS)— descubrió que García Barragán al lado de otros henriquistas, fraguaban un golpe de Estado, contra Ruiz Cortines, una intención que al final fracasó. Marcelino fue rescatado en 1960 por Adolfo López Mateos, quien lo reactivó en el ejército. Y luego, Gustavo Díaz Ordaz lo nombró secretario de la Defensa Nacional, asumiendo como uno de los responsables de la agresión y masacre contra los estudiantes de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Por ese cruento episodio, Marcelino terminó en el ostracismo.

El primer error de Claudia

2.- Javier García Paniagua —hijo de Marcelino y padre de García Harfuch— labró su propia controversia como militante activo del PRI, que lo llevó a convertirse en senador en 1970 y al terminar en 1976, fue designado por el recién ungido presidente José López Portillo, como titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), encargada de desaparecer y torturar a cientos de disidentes durante la llamada Guerra Sucia.

Aunque permaneció en el cargo dos años —después estuvo como subsecretario de esa dependencia hasta 1980—, el fuego de su desempeño en la DFS lo alcanzó de cuerpo completo. Después se convirtió en secretario de la Reforma Agraria y dirigente nacional del PRI, desde donde aspiró a la presidencia del país en 1982, pero López Portillo se decantó por Miguel de la Madrid. Excluido del sexenio de la madridista, García Paniagua todavía logró manotear algunos cargos en el periodo de Carlos Salinas de Gortari.

Omar García

3.- El primer empleo notorio de Omar García Harfuch, fue como jefe de departamento de la Policía Federal Preventiva (PFP) en 2008, durante el gobierno federal panista de Felipe Calderón, el odiado adversario político de AMLO. En ese tiempo, era secretario de Seguridad Pública del gobierno de México, el también polémico y hoy presidiario Genaro García Luna, con quien Omar creció bajo su sombra con diversos cargos de seguridad que le fueron asignados, incluso como Coordinador en Guerrero de la PFP, una función que mantuvo con el expresidente priista Peña Nieto.

Fue estando ahí cuando se le vinculó con el asunto de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en 2014. Luego vino el ataque a balazos en su contra en junio de 2020 siendo ya secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, ungido por Claudia Sheinbaum en octubre de 2019. La refriega le fue atribuida al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Y bajo la gestión a la que García Harfuch acaba de renunciar para competir por el gobierno de la Ciudad de México, diversos cárteles de crimen organizado se fueron apoderando de dicho territorio capitalino. No se puede concluir en consecuencia, que su desempeño fuera exitoso. Pero eso no le importa a Claudia, obnubilada por el bastón de mando que le acaba de entregar AMLO. Y la polémica seguramente, seguirá rodeando a García Harfuch, el primer error político de Sheinbaum.

Asunto de partido

HOJEADAS DE PÁGINAS…Al admitir que “es un asunto de partidos políticos” el hecho de que registren y postulen a candidatos ligados al crimen organizado para la elección en puerta, el secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso evade deliberadamente, su función como responsable de la política interna de la entidad. Es decir, si los partidos políticos postulan a personajes con ese sello, podría implicar hechos posteriores de violencia de los que Ludwig “no se hará responsable”. Cuando puede oportunamente, detectar esas anomalías y compartirlas con los propios dirigentes partidistas —de hecho, admitió tener información al respecto. Si su trabajo consiste justamente en desactivar dichos escenarios de desastre, no se entiende entonces hacia dónde enfoca su gestión.

 

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