Escenario 2027: de mero trámite
LECTURA POLÍTICA por Noé Mondragón Norato
Si la intención del presidente AMLO consistió en dividir profunda e irreversiblemente a los grupos priistas guerrerenses durante la pasada elección federal, lo consiguió. Pero en la prospectiva del poder para los comicios de gobernador de 2027, algunos de esos actores podrían reagruparse −pero no ganar en las urnas− en la eventual formación de alianzas partidistas. Porque si hay algo que determina la movilidad de esos priistas de viejo cuño, es la convergencia natural de sus intereses. Es cuestión de pulsar la coyuntura.
SUSTITUIR LO VIEJO. – A los priistas de antaño ya les debió quedar clara la película: no podrán ganar elecciones mientras sus propuestas sean las mismas de siempre. Se lee así:
Escenario 2027: de mero trámite
1.- A pesar de que el exgobernador Ángel Aguirre se mudó al PRD, en los hechos se le percibe como “un priista camuflado y de hueso colorado”. Y ahora que ese partido perdió su registro a nivel nacional, en el plano local no se ve cómo Aguirre pueda intervenir para mantenerse como uno de los dirigentes de tribu más influyente. Sobre todo, porque apostó por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, cuando el sentido común dictaba que debió apoyar a la perdedora Xóchilt Gálvez.
Esa apuesta cruzada generó su natural distanciamiento de la dirigencia nacional del PRD y de las demás tribus locales. Se entiende que la eventual “refundación” de ese partido tendría que desplazar forzosamente a la vieja guardia perredista. Entre otros, al propio Aguirre, Evodio Velázquez, Celestino Cesáreo, Carlos Reyes Torres y Bernardo Ortega.
Desde luego, ninguno de ellos está dispuesto a renunciar a sus privilegios ni ha dejar sus espacios a otros miembros de ese partido. Como tampoco lo está en el plano federal, el dirigente Jesús Zambrano Grijalva. Y bajo esa percepción, la eventual pérdida del registro perredista ahora en Guerrero es más que posible para la siguiente elección.
Escenario 2027: de mero trámite
2.- El senador priista Manuel Añorve ganó la reelección por los votos que le aportaron el PRD y el PAN. De otra forma y si hubiese competido descobijado por dicha alianza, el ganador del escaño hubiese sido Mario Moreno. Como sea, los votos de senador no le alcanzan para meterse a disputar el gobierno estatal en el 2027. Y si el PRD lo apoyara, sería literalmente, un suicidio electoral. Sencillamente porque los números no cuadran.
En los hechos, la transfiguración de ambiciones por el poder de este senador tricolor, tendrían que orientarse hacia fuera de su partido. Concretamente, a favor de la alcaldesa morenista por Acapulco, Abelina López Rodríguez, a quien podría apoyar soterradamente y de común acuerdo en el trayecto que dicha alcaldesa ya trazó para la disputa por el gobierno estatal, pese a sus visibles limitaciones políticas e intelectuales.
Añorve se quedó literalmente, solo en el PRI. Porque el grupo político del exgobernador Rubén Figueroa no ganó durante la reciente elección, posiciones importantes que lo apuntalen. Y el alcalde electo de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, está más cargado al PRD aguirrista y de la tribu ADG. Tlapa y Zihuatanejo no le alcanzan a Añorve para aspirar a ganar. Y lo que es peor: es el priiista más conocido, pero también, el que más pasivos arrastra. Un rostro muy desgastado por su prolongada permanencia en las esferas del poder.
Escenario 2027: de mero trámite
3.- Finalmente, el partido Movimiento Ciudadano (MC), creció en la elección del pasado 2 de junio, pero sin rebasar los votos obtenidos en la elección de 2015. El exgobernador priista Héctor Astudillo no podrá levantar esa anémica votación tan sólo por el hecho de que se haya mudado a ese partido junto con su pupilo Mario Moreno Arcos. Lo demostraron con creces los resultados de los pasados comicios. No habrá en los hechos, un crecimiento real del MC en los próximos tres años.
Eso lo pueden creer únicamente Mario y Astudillo empeñados en construir castillos en el aire. Al menos no con el Morena actuando como la marca partidista más exitosa en Guerrero. Pero, sobre todo, operando con una presidenta de la república de ese mismo partido. Porque con el gane de Claudia Sheinbaum, se definió también la retención del gobierno estatal por parte del Morena para el 2027.
Y si la renovación de la dirigencia estatal del MC lleva otra vez a Mario Moreno como su propuesta y luego a la candidatura por segunda vez al gobierno estatal, le ocurrirá lo mismo que a Manuel Añorve: una derrota cantada por adelantado ante su prologada exposición a los reflectores mediáticos. Esa insaciabilidad morbosa y reiterada por no bajarse de la rueda del poder.
Y el PRI al final, fue dividido por AMLO en tres partes: con Añorve y su reducido feudo en el PRI, con Astudillo en su nimio territorio del MC y con Aguirre muy lastimado por sus apuestas cruzadas en el PRD. Lo que viene para el 2027 ya es de mero trámite.
Escenario 2027: de mero trámite
HOJEADAS DE PÁGINAS…Huérfanos de padrinazgos y con un futuro político que ronda la incertidumbre, el senador Toro adopta oportunamente a cuando menos dos personajes “desamparados”: el aspirante a la alcaldía de Chilpancingo por el Morena, Jorge Salgado Parra. Y el rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán, con quien recién acaba de firmar un convenio de colaboración para la asociación “Perritos Felices”.
Salgado Parra desconoce aun si el Trife lo favorecerá con la reversa al triunfo de Alejandro Arcos. Y convoque a elecciones extraordinarias. Y Saldaña Almazán enfrenta un vendaval interno en la UAGro de dimensiones nunca vistas. Sobre todo, porque en los hechos no cuenta con el respaldo de la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Y la corrupción ha comenzado a brotar como un manantial incontenible. El senador Toro se compadece de ellos. Los cobija para darles sombra. Pero también esperanzas.