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lunes, octubre 14, 2024

Felonías y perversidades tricolores

Felonías y perversidades tricolores

LECTURA POLÍTICA por: Noé Mondragón Norato

El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas Alito, fue siempre uno de los gobernadores consentidos —fungió como tal por Campeche de 2015 a 2019 — del expresidente Enrique Peña Nieto. Y eso explica su arribo como dirigente de ese partido justo en 2019. También el aval político soterrado para modificar los estatutos tricolores con el fin de permanecer un año más al frente de ese partido. Y el grupo Atlacomulco al que pertenece Peña Nieto, siempre ha mantenido las asechanzas de poder por parte del grupo liderado por Manlio Fabio Beltrones. Hay que ir a los hechos.

JUEGO PERVERSO DE PODER. – A pesar de que el senador Miguel Ángel Osorio Chong se fue del PRI, inconforme porque Alito no lo dejó llegar como su relevo en la dirigencia nacional, muy en el fondo los residuos políticos liderados por el político hidalguense permanecen. El caso más visible es del exgobernador Héctor Astudillo quien no quiso renunciar al PRI, pese a que apoyaba a Osorio Chong. La razón es simple: este último personaje fue secretario de Gobernación de Peña Nieto. Hay vasos comunicantes que impiden una ruptura total. Y en todo caso el adversario a combatir es justamente Manlio Fabio Beltrones. Las razones están muy expuestas:

Juego en el 2012

1.- Cuando se jugaba la sucesión presidencial de 2012, los finalistas tricolores fueron Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones. Todo se arregló en una comida convocada por Luis Videgaray —quien sería el poderoso secretario de Hacienda y uno de los hombres más influyentes en el gabinete presidencial peñista—en un restaurante de Campeche en los primeros días de mayo de 2011. Ahí comieron en soledad ambos políticos. Beltrones cedió porque las encuestas no lo favorecían, aunado a que, Televisa y el Grupo Atlacomulco ya estaban arropando a Peña Nieto. Pero a cambio pidió entre otras cosas, su pase a la diputación federal plurinominal y la coordinación de los legisladores tricolores. También el impulso a Manuel Añorve Baños, quien fue encumbrado también como legislador federal plurinominal tras perder el gobierno de Guerrero en la elección de enero de 2011. Y Beatriz Paredes Rangel —quien hoy compite con la panista Xóchilt Gálvez para la candidatura presidencial por el Frente Amplio o la alianza PRI-PAN-PRD— fue arrumbada como embajadora de México en Brasil hasta 2016.

Felonías y perversidades tricolores

En su efímero paso como dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio perdió en 2016 siete de doce gubernaturas. Y en su equipo se concluyó que tanto Luis Videgaray como Osorio Chong habían conspirado para evitar que Manlio Fabio llegara como candidato presidencial en 2018. El sonorense pudo, sin embargo, colocar como senadora a su hija Sylvana Beltrones Sánchez y a Manuel Añorve. Ambos por el principio de primera minoría. Y por lista nacional a Beatriz Paredes. Es obvio que Beatriz no se quiere quedar sin nada en el 2024. Por eso fue metida a la competencia por la presidencia del país no por iniciativa personal, sino por Manlio Fabio Beltrones. Pero su aventura es tan inútil como infructuosa pues en toda su trayectoria política solo ha ganado dos elecciones en urnas.

Felonías y perversidades tricolores

2.- El senador Manuel Añorve es un aliado político de Alito. Pero muy en el fondo, el campechano lo percibe con recelo. Porque Añorve es cuadro político predilecto de Manlio Fabio Beltrones. Por eso, y a pesar de haberlo encumbrado como coordinador del senado en sustitución de Osorio Chong, Añorve aparece acotado en su capacidad de maniobra y operación. Y es previsible que Alito le niegue su aval político para que el ex edil de Acapulco logre la reelección en el senado en el próximo proceso de 2024. De ser así, el grupo beltronista quedaría diezmado en dicho escenario. Para refrendar su distancia con Beltrones, Alito dio un albazo ayer cuando anunció que “las encuestas no favorecen a Beatriz Paredes”.  En consecuencia, avaló a la panista Xóchitl Gálvez como la inminente candidata del Frente Amplio. Mientras, en Guerrero el dirigente estatal del PRI, Alejandro Bravo Abarca llamaba a votar justamente a favor de Paredes Rangel. Las felonías y los juegos perversos de poder en el PRI, tampoco se han ido.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Y el espaldarazo político del presidente AMLO al exgobernador priista Héctor Astudillo en su reciente visita a Guerrero —“pudimos trabajar bien con él” dijo—, se relaciona justamente con las luchas intestinas que van cobrando forma en el PRI. Pero representa en el fondo, la señal más clara de que existe entre ambos personajes un acuerdo político de valores entendidos. Porque muy en el fondo, en el sexenio de Astudillo se recrudeció la violencia criminal y creció la inseguridad como nunca. Fue la nefasta herencia que dejó. No puede en consecuencia, cuestionarla desde ningún ángulo. Sería como pegarse con una piedra en la boca.

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