Francia no acogerá a los inmigrantes de Lampedusa a menos que cumplan con los criterios de asilo y, en cambio, brindará apoyo a Italia en su proceso de deportación, según el ministro del Interior, Gerald Darmanin. A su vez, Polonia se une a otros países de la Unión Europea al rechazar la reubicación de estos inmigrantes.
El ministro del Interior francés ha manifestado la disposición de su país a ayudar a Italia en la deportación de aquellos individuos que no cumplan con los requisitos para recibir asilo político. Además, señala que aproximadamente el 60% de los recientes llegados a Lampedusa provienen de países africanos francófonos como Costa de Marfil, Gambia, Senegal y Túnez, y argumenta que estos países se consideran relativamente seguros para repatriar a sus ciudadanos.
Varios países de la Unión Europea, de manera directa o indirecta, han rechazado la acogida de los migrantes que han llegado a Italia. En esta línea, el Gobierno polaco ha adoptado una resolución que manifiesta su oposición a la inmigración ilegal.
Mateusz Morawiecki, Primer ministro polaco, ha destacado la importancia de enviar una clara señal de advertencia, utilizando a Lampedusa como ejemplo. Advierte que toda Europa y la Unión Europea en su conjunto podrían enfrentar problemas similares si se repiten los errores y se implementan los mecanismos propuestos por la Comisión Europea.
El Ejecutivo polaco ha rechazado la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, relacionada con la reubicación de inmigrantes, alegando que podría estimular el tráfico de seres humanos. El Gobierno planea someter a votación la admisión de miles de inmigrantes en las próximas elecciones, para obtener la opinión del pueblo polaco al respecto.
inmigrantes de Lampedusa
Morawiecki ha propuesto un «plan de fronteras seguras«, que incluiría reformas en la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) y un aumento en el presupuesto destinado al desarrollo de países fronterizos con la Unión Europea.
El viceministro polaco de Asuntos Exteriores, Arkadiusz Mularczyk, ha expresado la opinión de que alguien está ayudando a estas personas a viajar largas distancias, desde Nigeria y países de África Central hasta el mar Mediterráneo, insinuando que Rusia podría estar involucrada en este tráfico humano con el objetivo de desestabilizar a Europa occidental y desviar la atención de Ucrania.
