Como se tenía previsto estalló en Francia la violencia por las protestas de los “chalecos amarillos”; el operativo que se desplegó no contuvo a los manifestantes.
El gobierno de Emmanuel Macron enfrenta otra jornada de disturbios, el cuarto sábado consecutivo; no sólo fue en París, sino también ciudades como Burdeos, Toulouse, Marsella, Lyon y Nantes.
Los disturbios provocaron la detención cerca de mil manifestantes; en la capital eran 700 los que fueron puestos a disposición de la policía.
Con lesiones el número de personas era de 55; tres de éstas, policías.
En algunos enfrentamientos a los manifestantes los reprimieron con gas lacrimógeno. Hubo situaciones más graves con quema de autos, destrucción de mobiliario urbano para hacer barricadas.
El movimiento de los “chalecos amarillos” nació a finales de octubre para protestar por el alza a impuestos y combustibles.