MC: gente joven pero maleada por el PRI
LECTURA POLÍTICA por Noé Mondragón Norato
El camino lo traza concienzudamente el exgobernador priista Héctor Astudillo en su calidad de propietario del partido Movimiento Ciudadano (MC) en Guerrero. Y consiste a todas luces, en que su hijo Ricardo Astudillo Calvo se meta a la disputa por el gobierno estatal en la elección de 2027. Abanderando desde luego, al partido Movimiento Ciudadano (MC). En dicho escenario, Astudillo parece apostar a la concreción de alianzas políticas y partidistas que podrían leerse como “estratégicas”. Sin que eso signifique que ganará esa elección. Basta con pulsar los escenarios.
MC: APLASTAR AL PRI. – El exgobernador priista posee una característica personal que todos sus allegados conocen muy bien: es muy rencoroso. Bajo esa premisa se entiende la parte fundamental de lo que vendrá. Es decir, cobrar venganza política contra sus dos adversarios que fueron responsables de orillarlo a renunciar al PRI: el dirigente nacional de ese partido, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”. Y el senador reelecto, Manuel Añorve Baños.
Se lee así: 1.- La trama fraguada por Héctor Astudillo se entiende: utilizó a Mario Moreno hasta el cansancio. Desde la elección de gobernador de 2021, atravesando por frenarlo como dirigente estatal del PRI después, dándole cuerda como candidato a senador por el MC en la pasada elección federal de 2024 y finalmente, negándole también la dirigencia del MC. Y en el momento clave, no dudará en desprenderse de él. Porque en política los hombres son como los pañales de bebé: se usan y se desechan. Y Mario ya está virtualmente instalado en ese carril.
MC: gente joven pero maleada por el PRI
Astudillo evalúa que si Mario se instala como dirigente estatal del MC y ambicioso como es, brincará fácilmente como candidato a gobernador en 2027. Por esa razón le está dando el visto bueno a Gabriela Bernal Reséndiz, una mujer a la que sí puede controlar. 2.- En la frialdad de los números y contando los votos por partido de la pasada elección federal del 2 de junio, el PRI perdió la elección de senador frente al MC. Y si Manuel Añorve ganó, fue por los votos del PRD.
A ese partido le debe su pase al senado. Pero en la elección de gobernador de 2027, Astudillo buscará mostrar mayor fuerza electoral frente al PRI de Añorve. La disputa irreconciliable entre ambos, parte de un hecho incontrovertible: Añorve y Alito le negaron el pase al senado al propio Astudillo, quien al final y para no exhibir sus ambiciones de poder, colocó como escudo político de esa pretensión a Mario Moreno. Y este cayó en la trampa. Por enésima ocasión.
Se entiende que ahora, el exgobernador tricolor zanjará en las alianzas que arme tanto con algunos actores perredistas que fundarán un nuevo partido, como al interior del priismo local desalentado por la reelección no sólo de Añorve, sino de Alito. La idea es simple: avasallar al PRI y colocarse como la segunda fuerza política en Guerrero después del Morena.
3.- Cauto y midiendo el fangoso terreno político, Astudillo aspira a sacar ventaja respecto de Manuel Añorve metiéndose en el credo político del MC nacional. Es decir, enfundándose en el descolorido ropaje de la equidad de género y postulando para cargos políticos a mujeres y gente joven. Por eso Mario Moreno ya no encaja en esa percepción.
MC: gente joven pero maleada por el PRI
Aunque realice inútiles cabildeos políticos con el dirigente nacional del MC, Dante Delgado. Cumplirá en octubre próximo 66 años. Rondaría los 69 para la elección de gobernador de 2027. Lo peor es que como miembro de la vieja escuela priista viene cojeando y visiblemente lastimado derivado de su atropellado paso por la función pública. El punto, sin embargo, es que Astudillo prioriza a gente joven pero ya maleada, mediocre y sin resultados. Así, el paso de Gabriela Bernal por la feneciente legislatura local bordó del gris al oscuro. Y en esa misma frecuencia se ubicó el desempeño de Ricardo Astudillo, el hijo del exgobernador priista. Y la flamante diputada local entrante del MC, Erika Lürhs Cortés, era proclive a cercenar a la mitad los convenios de publicidad a la mayoría de los periodistas cuando Astudillo era gobernador y ella, vocera del gobierno estatal.
¿Son esos los soldados de guerra política con los que Héctor Astudillo planea armar combativas batallas electorales y ganarlas? ¿Le alcanzará para arrumbar al tercer lugar al PRI de Manuel Añorve y de Alito en la elección de gobernador de 2027? ¿Cobrará su venganza política con ambos personajes, atribuida al rencor que posee y proyecta como su alma gemela? El MC de Astudillo aspira a crecer. Pero sus lastres son mayores a sus ventajas. Y si no, al tiempo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…
El pasado viernes, la presidente de la Jucopo del Congreso local, la morenista Citlali Calixto Jiménez, armó una entrevista “en vivo” con tres comunicadores. En ella, la dinámica de las preguntas debía enfocarse a la “justificación” que Citlali haría sobre el uso de los 108 millones de pesos solicitados a la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal “para liquidar a 300 trabajadores del Congreso local”, cuando en realidad eran para un bono de fin de legislatura destinado a cada diputado. La entrevista no fue en vivo, pero sí pregrabada y Ciltlali metió mano groseramente para editar aquellas preguntas incómodas. Es decir, no sólo confirmó la falsedad de la entrevista, sino que se inauguró como gran censora. Así como se hacía en el más viejo PRI. Qué tal.