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jueves, octubre 10, 2024

STAUAG: lealtad eterna al rector

STAUAG: lealtad eterna al rector

LECTURA POLÍTICA por Noé Mondragón Norato

Al rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán se le debe leer exactamente al revés. Porque si apenas ayer jueves sostuvo que “promoverá una reforma académica y administrativa profunda y que ya no habrá más reelección”, en ese mismo momento se registraba para participar en “la renovación” de la dirigencia del STAUAG, Francisco Hernández Herrera, uno de sus tantos peones al interior de dicha institución. Eso significa una sola cosa: nada cambiará en dicho sindicato, pues estará sometido al patrón por otros cuatro años. Una novela de la vida real tan burda como cínica.

Basta con leer los entretelones de esta sórdida comedia política para confirmar que Saldaña no renuncia a seguir asumiéndose como propietario de la UAGro. VALIDAR TIRANÍAS. – Si la 4T admite en sus filas al actual rector de la Universidad guerrerense, no se ve cómo pueda ayudarle al senador Toro ni a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, si son más sus pasivos que activos. Y esa tendencia lejos de disminuir aparece al alza. Es cuestión de percibir las señales:

1.- Si la matrícula bajó sustancialmente en casi la mayoría de las facultades de la UAGro para el ciclo escolar que acaba de iniciar, ese hecho está conectado necesariamente, con el acceso de todos aquellos “porristas” del rector que han ingresado a dar clase frente a grupo con su propio aval. Y por supuesto, del sometido Sindicato Académico (STAUAG) que también los legitima. El punto perturba: con Ofelio Martínez Llanes −y por lo menos los tres últimos que lo antecedieron−, cambió la lucha combativa sindical por la condición de siervos y lacayos. Amparados en el violado y manoseado Contrato Colectivo de Trabajo, cometieron cientos de injusticias con la base trabajadora.

STAUAG: lealtad eterna al rector

Y así, la comunidad laboral de la UAGro no ha tenido en realidad, quien abogue por ella. Permanece en ese estado de indefensión desde los últimos catorce años. La prueba más clara de todo lo anterior, es que desde que llegó Javier Saldaña como rector, los dirigentes sindicales simulan emplazamientos a huelga cada año −pero los beneficios al final de las “negociaciones” son nada más para “los consentidos” del rector− pero nunca han estallado huelgas. Y lo que es peor: los propios trabajadores se acostumbraron a ese terrible estado de cosas. Se doblegaron ante un doble castigo: el propinado por el rector. Y también por el propio STAUAG que asume defenderlos y además cobra quincenal, las rigurosas cuotas sindicales “por hacerlo”.

2.- Por el pútrido estado de descomposición del STAUAG, se abren dos posibles caminos: A) La base académica universitaria está obligada a organizarse en la coyuntura de la renovación de dicha dirigencia sindical, para propinar a quienes se enquistaron eternamente en las carteras de dicho organismo un literal “golpe de timón”, regresando a todos ellos a que impartan clases en sus respectivos centros de trabajo −lo cual no desean por que ya se les olvidó la práctica pedagógica y porque, además, están desfasados con relación a los nuevos planes de estudio− y de esta forma desquiten con trabajo verdadero, las dos categorías que ya obtuvieron por no representar más que a sus propios intereses y los del rector en turno.

B) Crear una nueva organización sindical con docentes universitarios comprometidos con la lucha laboral verdadera, distanciados obligadamente del rector Javier Saldaña, enfocados en recuperar la independencia sindical perdida desde hace más de una década y dispuestos a subsanar todas las trampas, fallas y concesiones hechas en la oscuridad y en la ilegalidad, por el STAUAG.

STAUAG: lealtad eterna al rector

Incluso, aplicar una rigurosa auditoria sindical para detectar aquellas categorías laborales entregadas por tráfico de influencias a todos los “porristas”, amigos, familiares e incondicionales del rector. Y suspenderlas. Se entiende que muchas de ellas se otorgaron bajo el atropello de los derechos laborales de otros académicos que las merecían.

¿De qué forma pretende Javier Saldaña, “promover una reforma académica y administrativa profunda”, con los mismos lastres sindicales del pasado, con los mismos personajes contaminados y dispuestos a someterse a sus designios? Porque de continuar las cosas así al interior de la UAGro, es el equivalente a que el agua y el aceite se junten. O que el Estado y la Iglesia se mantuvieran en procaz amasiato.

La corrupción sindical debería ser una prioridad del rector. Pero le es más cómodo tener cortes enteras de aduladores. Beneficiar a sus aliados, aunque la UAGro se siga hundiendo en el desprestigio y la inevitable caída de la matrícula. Son esos mismos lisonjeros quienes podrían apuñalarlo por la espalda cuando se voltee, como le ocurrió al emperador romano Julio César. Pero también, son los mismos que validan felizmente, su propia y grotesca tiranía.

HOJEADAS DE PÁGINAS…

La sonrisa de ambos fue elocuente. Porque los acuerdos políticos atraviesan necesariamente, por compromisos de impunidad. Así, la diputada local morenista Citlali Calixto Jiménez, apareció muy contenta posando al lado del también diputado guinda Jesús Urióstegui García. Anunciaba que la presidencia de la Jucopo en el Congreso local era finalmente para este último. La fracción legislativa del Morena se tardó demasiado en definir a su nuevo coordinador. Trasciende incluso, que uno de los acuerdos centrales para que el grupo nuñista cediera en esa posición, es que Jesús no “hará olas” con relación al presupuesto de la Jucopo manejado por Citlali oscuramente y sin rendir cuentas, en la legislatura pasada. ¿No era eso en donde harían la diferencia con el PRI, PRD y PAN? Lo cierto es que la opacidad seguirá mandando en el Congreso local. A menos que Urióstegui revele lo contrario.

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