BUSAN, Corea del Sur — En su primer encuentro en seis años, Donald Trump y Xi Jinping retomaron el contacto directo entre Estados Unidos y China, en medio de una guerra comercial que ha tensionado a la economía global. La reunión, celebrada este jueves en una base aérea surcoreana, busca redefinir la relación entre las dos potencias más grandes del mundo.
Una cita que el mundo observaba
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de China, Xi Jinping, se dieron la mano este jueves (31 de octubre) en la Base Aérea Gimhae, en la ciudad costera de Busan, al sur de Corea del Sur.
El encuentro, organizado al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), marca la primera reunión cara a cara entre ambos líderes desde 2019, cuando se vieron en Osaka, Japón.
Según la Casa Blanca y el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, las conversaciones buscan “restaurar la comunicación de alto nivel” y “gestionar las diferencias de manera responsable”.
“Queremos competencia, no conflicto”, dijo un funcionario estadounidense bajo anonimato a Reuters, antes de la reunión.
Desde Pekín, el portavoz Wang Wenbin afirmó que China espera “un diálogo constructivo y basado en el respeto mutuo”.
Tensión en la economía mundial
Durante los últimos meses, la economía global ha estado sacudida por una escalada de aranceles, sanciones y restricciones tecnológicas entre ambas potencias.
Estados Unidos ha ampliado sus controles de exportación de semiconductores avanzados, mientras que China respondió con límites a la exportación de tierras raras, minerales esenciales para la industria tecnológica y energética.
En la mesa de negociación figuran también temas como:
- Las compras agrícolas de China a EE. UU., especialmente de soja.
- Las restricciones a TikTok y la seguridad de datos.
- La cooperación sobre el tráfico de fentanilo.
- El papel de China en la guerra de Ucrania.
- Y el estatus de Taiwán, uno de los temas más sensibles para Pekín.
Un comunicado conjunto del Departamento de Comercio de EE. UU. y el Ministerio de Comercio de China destacó el “espíritu constructivo” de los diálogos previos entre los equipos técnicos, celebrados el pasado fin de semana.
Un momento clave para ambos líderes
Para Trump, que busca consolidar su imagen de negociador fuerte en política exterior durante su segundo mandato, la reunión representa el cierre simbólico de su gira asiática.
Para Xi, el encuentro ofrece la oportunidad de mostrar que China no está aislada diplomáticamente pese a las tensiones con Occidente y las sanciones impuestas por Washington.
“La estabilidad de las relaciones entre China y Estados Unidos no solo concierne a nuestros pueblos, sino al futuro del mundo entero”, declaró Xi Jinping en declaraciones previas difundidas por CCTV.
Trump, por su parte, aseguró que espera “una conversación honesta y orientada a resultados”.
¿Hacia una nueva tregua comercial?
Fuentes del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. citadas por Bloomberg indicaron que ambos líderes podrían acordar un marco de diálogo permanente sobre comercio y tecnología, aunque sin levantar aún los aranceles mutuos.
Analistas consideran que un resultado que estabilice la relación sería positivo para ambos países:
- China, que busca previsibilidad y reducir la presión económica.
- Estados Unidos, que intenta equilibrar la competencia con la cooperación en áreas como el cambio climático o la inteligencia artificial.
“Si logran institucionalizar la comunicación, ya será un avance enorme”, dijo Bonnie Glaser, experta del German Marshall Fund, a The New York Times.
Contexto global
La reunión se produce mientras la guerra comercial amenaza con desacelerar el crecimiento mundial.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las tensiones entre EE. UU. y China han reducido en 0,3 % el PIB global desde 2022, y podrían seguir afectando a las cadenas de suministro internacionales.
El Banco Mundial advirtió que la fragmentación tecnológica entre los bloques liderados por Washington y Pekín “podría tener costos permanentes en la innovación y la productividad”.
Un reencuentro medido
Aunque no se esperan anuncios espectaculares, ambas partes coinciden en que volver a hablar ya es un avance.
“Seis años después, Trump y Xi se sientan otra vez frente a frente, en un mundo más incierto y competitivo”, resumió el periodista Steven Lee Myers para The New York Times.
La relación más importante del siglo XXI podría estar entrando en una nueva fase: una rivalidad gestionada, pero aún lejos de la cooperación plena.

