Por: Jose Alberto Roman Valdivia
Polonia refuerza fronteras con Rusia y Bielorrusia: construye muro militar y coloca minas
Polonia está reforzando sus fronteras norte y oriental como parte de su plan estratégico conocido como el Escudo Oriental, diseñado para prevenir cualquier intento de invasión rusa o bielorrusa.
Las obras comenzaron en noviembre de 2024 y cubren más de 20 kilómetros a lo largo de la frontera con el enclave ruso de Kaliningrado y hacia el mar Báltico. El proyecto incluye la instalación de minas antitanque, barreras físicas, refugios fortificados y redes de búnkeres que refuercen la seguridad del país miembro de la OTAN.
«Estamos protegiendo nuestra frontera. Vimos lo que le ocurrió a Ucrania. Tenemos que estar preparados», afirmó Karol Frankowski , jefe de prensa del Ejército polaco.
Un mensaje a Moscú: “No queremos guerra, pero no bajamos la guardia”
El proyecto forma parte de una estrategia de defensa integral que busca blindar al país ante tensiones crecientes en la región. Polonia ha sido uno de los países europeos que más ha aumentado su gasto militar desde la invasión a Ucrania.
Marek Swierczynski, analista de Polityka Insight, destacó que esta nueva barrera simboliza “una nueva división en Eurasia”. Y aunque Polonia asegura que no busca provocar, su mensaje es claro: no permitirá que se repita en su territorio lo visto en Ucrania.
Financiación europea respalda el Escudo Oriental
Polonia refuerza fronteras con Rusia y Bielorrusia. El gobierno polaco espera terminar el proyecto en tres años. Cuenta con financiación local e internacional, incluyendo millas de millones de euros de fondos de la Unión Europea y el Banco Europeo de Inversiones, que en marzo anunció el desembolso de 1.000 millones de euros para el desarrollo del muro y sistemas defensivos.
La infraestructura incluirá:
- Barreras antitanque
- Red de puestos avanzados
- Sistemas de vigilancia nocturna
- Refugios y zonas de respuesta rápida
Polonia en el flanco más expuesto de la OTAN
El corredor entre Lituania y Polonia que rodea Kaliningrado es considerado por expertos como uno de los puntos más sensibles de la OTAN. La presencia rusa en esa zona, sumada a la alianza cada vez más estrecha entre Moscú y Minsk, obliga a Varsovia a actuar con prontitud.
“Polonia está en primera línea”, dijo Cezary Tomczyk, secretario de Estado. “Y nuestras fronteras deben ser impenetrables”.
Aunque el escenario actual no prevé conflicto armado inmediato, la guerra en Ucrania ha cambiado el mapa de seguridad en Europa del este. Y Polonia ya no quiere dejar nada al azar.