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sábado, octubre 5, 2024

Astudillo-Añorve: pelea encarnizada por el senado

Astudillo-Añorve: pelea encarnizada por el senado

LECTURA POLÍTICA por: Noé Mondragón Norato

La rebelión interna que acaba de brotar en el partido Movimiento Ciudadano (MC) confirma una situación que no puede desdeñarse: el exgobernador priista Héctor Astudillo no logra tomar el control pleno de ese partido —a pesar de haber comprado esa franquicia partidista— en la coyuntura de la próxima elección presidencial.

Acusa con ello, una debilidad política que podría situar a ese partido en la eventual perdida de su registro ante los órganos electorales dado que su presencia en Guerrero no traspasa el mero simbolismo de un instituto político carente de fuerza y clientelas electorales. Y así, el exmandatario tricolor colapsa por adelantado la negociación con el PRD. Incluso, con el PAN y el propio PRI. Es cuestión de ver las variables de este vistoso juego de poder.

TRETAS DE PODER. – En el entorno de los reacomodos de poder obligados por la coyuntura, los dueños de los partidos opositores al Morena no lograr conciliar intereses. Porque están a la espera del nombre del candidato presidencial que postule el MC y su dirigente nacional, Dante Delgado. Con todo, la baraja política ya se abrió. Se lee así:

MC

1.- Uno de los rijosos del MC que ya pusieron en predicamento al exgobernador Héctor Astudillo, es el polémico Ramiro Solorio Almazán, un personaje que lo mismo ha transitado del PRI al PRD, que del PRD a Convergencia (hoy MC) y luego al Partido Socialista de México (PSM). Para al final regresar al MC. El objetivo de esa inconformidad en el MC es tirar de la dirigencia estatal a Julián López Galeana, quien sustituyó a Adrián Wences Carrasco. Se entiende que López Galeana era en realidad, la primera y más fuerte señal enviada por Héctor Astudillo, en el sentido de hacerse del control político del MC.

Y Solorio Almazán tiene un antecedente que lo quema: cuando fue postulado como regidor por Convergencia en 2008 —y gracias al impulso del finado empresario Luis Walton— de pronto se encontró persuadido por el actual senador Manuel Añorve para renunciar a Convergencia. Al final logró convencerlo. Y ya sin ese sello político, aprobó todas las iniciativas en el cabildo porteño enviadas por Añorve, quien en ese entonces era alcalde de Acapulco. ¿Es acaso este último personaje quien le da cuerda a Ramiro Solorio y compañía para desbocar el caballo que cree tener dominado el exmandatario estatal tricolor? De ser así, la pelea por el escaño senatorial entre Astudillo-Añorve, ya se recrudeció.

(PAN-PRI-PRD)

2.- El MC es el más visible reducto de poder de Héctor Astudillo. Porque el PRI y su dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas Alito, lo excluirá en definitiva de cualquier intento por llegar al senado. Pero como el exmandatario estatal es dueño de la franquicia del MC en Guerrero, y mantiene una alianza inquebrantable con el exgobernador Ángel Aguirre —el propietario del PRD a nivel local—, su apuesta final consiste en negociar en directo con la eventual candidata presidencial del Frente Amplio (PAN-PRI-PRD), Xóchilt Gálvez, a fin de agregar a esa alianza al MC, sólo en el plano local.

Y en mancuerna con el PRD, desplazar al PRI de la candidatura al senado. PRD y MC proyectarían más fuerza yendo juntos en Guerrero, que el PRI en soledad. El senador Manuel Añorve parece haberse dado cuenta de esa maniobra. Y por eso se entiende de algún modo, la inusitada “rebelión interna” en el MC. La idea parece clara: desinflar lo que más que se pueda, al exgobernador tricolor a fin de que sea desplazado de la candidatura al senado.

Astudillo

3.- Dos parecen ser los temores políticos fundados de Astudillo para pretender esa curul legislativa: el prioritario es investirse de fuero, a fin de que Claudia Sheinbaum en su hipotética condición de presidenta del país, se meta de lleno a esculcarle todas las millonarias irregularidades financieras de sus cuentas públicas, algo que nunca hizo el actual presidente AMLO. Y la otra es que, al reelegirse eventualmente Añorve en esa curul o en su caso, enviar a su esposa, la actual diputada local Julieta Fernández Márquez a la disputa de esa candidatura, Astudillo quedará en automático, desplazado del poder local y sometido de algún modo, a lo que mande y diga Manuel Añorve dentro del PRI en Guerrero. Y eso es justo lo que parece no estar dispuesto a aceptar. Por eso la pugna entre ambos personajes por la curul senatorial, se tornó literalmente, encarnizada.

HOJEADAS DE PÁGINAS…En el discurso no hay rupturas. Pero en los hechos, tanto la alcaldesa de Acapulco, Abelina López como la de Chilpancingo Norma Otilia Hernández, cayeron de gracias políticas. Y eso no lo pueden eludir. Mucho menos negar. La primera fue invitada al cuarto para las doce, al evento del viernes 25 de agosto del presidente AMLO en Acapulco. Y la segunda, tampoco fue requerida en la ceremonia donde se entregó la presea “Sentimientos de la Nación” el pasado 13 de septiembre. Sus hechos, alianzas soterradas e inconfesables, fallas en el cálculo político y errores sistemáticos pusieron a estas dos mujeres empoderadas, contra la pared. Y por cómo se van configurando los escenarios políticos rumbo a la elección presidencial del 2024, a ninguna de las dos se les percibe dotadas de más poder. No al menos, dentro del Morena.

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