Aviones israelíes bombardean instalaciones nucleares iraníes en operación denominada “León Naciente”
En la madrugada del viernes 13 de junio de 2025, aviones de combate israelíes atacaron el complejo nuclear de Natanz, uno de los sitios más sensibles del programa nuclear iraní.
La operación, bautizada como “León Naciente”, incluyó asaltos aéreos contra bases militares, edificios gubernamentales en Teherán y radares tierra-aire en el oeste de Irán.
Según informes oficiales, el objetivo principal fue el centro de enriquecimiento de uranio en Natanz, aunque no se atacó el sitio subterráneo de Fordow, donde Irán almacena cientos de centrifugadoras bajo protección extrema.
Asesinatos dirigidos a personal clave del programa nuclear
Fuentes cercanas al ejército israelí indicaron que durante la operación fueron eliminados al menos cinco científicos nucleares y tres oficiales de alto rango de la Guardia Revolucionaria.
Los objetivos estaban ubicados en distintos puntos del país, incluidos lugares residenciales y centros de investigación. Los operativos se llevaron a cabo mediante ataques con drones y misiles guiados de precisión.
“Estos blancos no eran accidentales”, afirmó un analista militar que pidió no ser identificado. “Se trata de figuras claves en el desarrollo del programa nuclear iraní. Esta es una señal de alerta roja de Israel hacia Teherán”.
Complejo de Natanz: clave para el programa nuclear iraní
Natanz, ubicado a 220 km al sureste de Teherán, alberga cerca de 70 cascadas de centrifugadoras que procesan uranio, material esencial para energía nuclear y armamento.
El lugar tiene dos estructuras: una sobre el suelo y otra subterránea, protegida entre 80 y 100 metros bajo tierra. Expertos señalan que esta profundidad dificulta su destrucción con armamento convencional.
“Ni siquiera la GBU-57A/B, una de las bombas más potentes, podría alcanzar esa profundidad”, indicó David Rigoulet-Roze, analista del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS).
Daños reportados y preocupación internacional
El ejército israelí confirmó que dañó salas de enriquecimiento, equipos eléctricos y otras infraestructuras críticas del complejo.
Pese al ataque, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no detectó aumento en los niveles de radiación ni fuga nuclear en la zona.
Las autoridades iraníes también descartaron riesgos radiológicos inmediatos. Sin embargo, el incidente eleva tensiones regionales y preocupa a organismos internacionales.
Fordow, Arak y Bouchehr: otros blancos estratégicos
Aviones israelíes bombardean instalaciones nucleares iraníes, el ataque no afectó el sitio de Fordow, otro centro de enriquecimiento construido bajo una montaña y custodiado por sistemas avanzados de defensa aérea.
Tampoco se registraron golpes en el reactor de agua pesada de Arak, cuyo núcleo fue inutilizado desde el Acuerdo de Viena de 2015.
La central nuclear de Bouchehr, operada con apoyo ruso, tampoco sufrió daños. El OIEA continúa sus inspecciones regulares en ese punto.
Irán anuncia expansión de su programa nuclear
Horas antes del ataque israelí, Irán anunció planes para construir una nueva planta de enriquecimiento y aumentar significativamente su producción de uranio.
Este mensaje refuerza la postura del régimen de continuar su programa nuclear pese a sanciones y amenazas externas.
La comunidad internacional sigue observando con atención los movimientos de ambas naciones, mientras crece la posibilidad de nuevos enfrentamientos en los próximos días.