¿El fin político de Abelina López Rodríguez?
LECTURA POLÍTICA por Noé Mondragón Norato
Lo turbio se impone a lo claro. Y enrarece el clima social y político en el puerto de Acapulco. Sumergida en un mar de reiteradas frivolidades, banalidades sin fin y jolgorios que festejan lo inconcebible, la alcaldesa morenista Abelina López Rodríguez no repara ni evalúa cuando menos dos cosas: que el sexenio de AMLO ya terminó. Y que con la actual presidenta Claudia Sheinbaum se crearon condiciones políticas diferentes para ella. Por eso mismo el Congreso local dio entrada a la petición de revocación de mandato en su contra hecha por el multipartidista y aventurero de la política, Ramiro Solorio Almazán. Y por eso mismo estarían develándose hechos inesperados. Basta con pulsar la coyuntura.
ABELINALÓPEZ RODRÍGUEZ: FIN POLÍTICO.
– Emocionada hasta el tuétano con la posibilidad de convertirse en candidata a la gubernatura por el Morena en la cercana elección de 2027, la alcaldesa porteña se ensoberbeció más de lo que ya estaba. Pero los escenarios nacionales están siendo surcados en terrenos no aptos para ese cultivo político. Basta con ubicarlos:
1.- La violencia no sólo está desbordada sino incontenible en el puerto de Acapulco. La suma de ejecutados es de tres a cuatro diarios. Y en ese carril Abelina carga con tres crímenes de alto impacto político desde que inició su primer periodo de gobierno. Primero, el 3 de marzo de 2022 hizo una llamada telefónica desde la cual pidió a su ex secretario de Seguridad Pública, Maximiliano Serrano Pérez −detenido en Ahome, Sinaloa, el 26 de junio de 2023 y recluido presumiblemente en el penal de Acapulco−, el apoyo de los marinos Oscar Manuel González Andrade y Victoriano Rodríguez Zurita. Ambos escoltarían a la Ciudad de México al senador zacatecano morenista José Narro Céspedes. Pero desde el domingo cinco de marzo de aquel año no se volvió a saber de los marines. El escándalo atrapó con los dedos en la puerta a la alcaldesa porteña. Pero AMLO la sostuvo al grado de permitirle la reelección gracias a sus acuerdos políticos con el actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard de quien Abelina asume como uno de sus cuadros políticos.
¿El fin político de Abelina López Rodríguez?
2.- El segundo crimen político de alto impacto ocurrió el 21 de diciembre de 2023 en una pozolería de la zona Diamante del puerto. En ese lugar irrumpieron sujetos armados y de inmediato accionaron sus armas contra el aspirante a la alcaldía y ex priista poblano Ricardo Taja Ramírez, uno de los personajes consentidos en el sexenio del exgobernador priista Héctor Astudillo Flores. El silencio fue el que imperó después. Solo las efímeras condolencias fúnebres se impusieron. Fue como agua sobre el agua. Viento que no seca la sangre. Indolencias gubernamentales que también asesinan. La alcaldesa Abelina volteó la vista para otro lado a pesar de que dicho evento ocurrió en la demarcación municipal gobernada por ella. Era claro que el asunto criminal despedía fuertes tufos políticos. Pero ni la alcaldesa ni la propia fiscalía General del Estado arrojaron resultados sobre esa ejecución a mansalva. Y aplicó aquella frase chocarrera dicha por el finado regente priista de la Ciudad de México, participante en la represión y matanza contra estudiantes marcada como “El Halconazo” o Jueves de Corpus en 1971 y pese a ello, gobernador de Nuevo León después, Alfonso (“Halconso”) Martínez Domínguez: “hay que dejar las cosas en manos del amigo tiempo”.
¿El fin político de Abelina López Rodríguez?
3.- Finalmente, el pasado 18 de abril fue herido de muerte el vocero de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, Marco Antonio Suastegui Muñoz. Murió a los siete días de entrar al quirófano. El atentado ocurrió en playa Icacos, de Acapulco. De nueva cuenta, Abelina López se sumió en un profundo silencio criminal. Como si no pasara nada. El punto, sin embargo, es que la “Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2024-2030” fue presentada ayer en el senado por el secretario de Seguridad Pública Omar García Harfuch. Y avalada por la mayoría morenista, pero también por las bancadas del PAN y MC. Se resume en cuatro puntos: atención a las causas que la provocan; consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia; e investigación y mayor coordinación con los estados. Estas dos últimas asignaturas podrían dañar profundamente a la alcaldesa porteña. Porque hasta hoy a vivido encerrada en una burbuja protectora, mientras que la violencia y la inseguridad estallan afuera y amenazan reventarla. Pero ella sigue montada en su dislocada pretensión de convertirse en candidata a gobernadora. Al parecer, la federación tiene otros planes. Los cuales podrían marcar el fin político de Abelina.
HOJEADAS DE PÁGINAS…
En corrillos políticos corre fuerte el trascendido: Gustavo Alarcón Bello, hijo del actual alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, se encuentra en una ruta política “altamente rentable”: desplazar progresivamente de la dirigencia municipal del PRI en Chilpancingo, al actual Edwin Morales Leguízamo, este último perteneciente al grupo político del senador Manuel Añorve. Alarcón Bello se estaría valiendo de dos aliados políticos de coyuntura: el ex síndico Guadalupe Jiménez Saucedo, ex cuadro político de la exalcaldesa Norma Otilia Hernández y llevado a ese cargo por ella. Y el actual síndico Jonathan Ibáñez −también de estirpe política normista−. Los dos se sumaron al PRI. Y están poniendo a disposición del hijo del actual edil, una parte de la base electoral de Norma Otilia. Para que Gustavo hijo se encumbre primero como dirigente municipal del PRI y luego en 2027, como sucesor de su padre. Qué tal.